lunes, 1 de julio de 2013

Oda a la madre

Mis hermanitos y yo. Eramos terribles. Eramos terriblemente irreverentes.  Los tres.
Y jugábamos con soldaditos plásticos. De esos que se volvieron famosos después de Toy Story.
Y mi mamá regañaba: "Patojos pisados, recojan esos soldados chingados tirados por todos lados". 

No entendía por qué nos daba tanta risa.  Y va pijazo. "Andá a reirte de tu madre". Y mas risas. (Y es que, cómo no?)


Créanlo o no tengo una madre. Y una de las buenas!
Madre de esas maestras ninja de la chancleta voladora.
Madre de esas que te educan en la sabia equidad del "par de abrazos, par de pijazos".
Madre de esas que llegan a caerte mal.
Madre de esas con las que peleas por tu autonomía.
"No te metás, yo puedo solo" les decís. Y lográs escuchar cómo esta solicitud les parte el alma.

Madres de esas que, a pesar de la ofensa, deciden  no escucharte y al día siguiente están allí "atrás de vos". "Chingándote la vida". "Metiéndose en lo que no debería de importarles". "Que shute es mi mamá".

Madres de esas que esperan de madrugada en la parada del bus con vos. Madres en pantuflas  y con peinado de almohada. Sea sol o sea lluvia:
Firmes con lonchera en mano mientras terminan de quitarle los cheles a un niño medio dormido.

Madres de esas que están pendientes de darte la medicina cuando estás enfermo y acompañan cada cucharada con un "Hacele ganas, pisadito. Por eso te dije que te pusieras sweater. Te dio el chiflón y vos, encima, andabas descalzo".

Madres de esas cuya pena es si el bebé hizo popó o no hizo.
Madres hace-disfraces o maquetas-geniales-a media noche-con-una-bolsa-plástica-dos-puntadas-y-goma blanca solo para que el pobre nene no se desvele.
Esas mismas que le enseñan fotos tuyas de bebé desnudo a tus novios cuando llegan a visitarte a casa por primera vez (mano, que clavo!).

Madres de esas que veo a diario en la puerta del Preventivo Pavón haciendo fila con trastes plásticos y muñecos de tortilla para sus nenes. Sin comer ellas, seguro, pero es que los hijos van primero.

Madres de esas que se hacen totalmente merecedoras del delantal de cocina con manos de niño impresas que les regalan cada 10 de mayo en la celebración del colegio.
Madres de esas incondicionales a las que les dedicamos nuestras primeras palabras y primeras letras: "Mi mamá me mima. Mi mamá me ama".

Bien los equipara la siempre sabia Shakira: "Que el cielo y tu madre cuiden de tí" . Y ha de ser porque, seguro, solo Dios y la madre son capaces de cuidar así. De amar así. Par de abrazos, par de pijazos.



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