miércoles, 2 de marzo de 2022

Primeros Auxilios Psicològicos-PAP

 

¿Qué son los primeros auxilios psicológicos?

 

Se denomina primeros auxilios psicológicos a la intervención psicológica en el momento de

crisis. El objetivo es auxiliar a la persona a dar pasos concretos hacia el afrontamiento de la

crisis, lo cual incluye el manejo adecuado de los sentimientos, el control de los componentes

subjetivos de la situación y comenzar el proceso de solución del problema.

 

Los primeros auxilios psicológicos (PAP) describen una respuesta humanitaria y de apoyo

inmediata durante una situación de crisis, tanto a nivel personal como comunitario.

Son las técnicas de intervención psicológica utilizadas en el momento de crisis. Éstas están diseñadas para ayudar a todo tipo de población afectada por un incidente crítico, aplicándose en las primeras 72 horas tras el impacto.

En medio de esta crisis, debemos considerar que nuestros encuentros con

sobrevivientes no están programados y no ocurren en un entorno tradicional. Una intervención de

salud mental, en situaciones de crisis, puede tomar algunos minutos, horas o inclusive algunos días.

 

Principales características de los PAP:

·         Se constituyen como intervenciones de primera instancia.

·         Son inmediatos y de corta duración (minutos u horas después del suceso).

·         Están dirigidos a cualquier persona impactada por un incidente crítico (víctimas directas,

·         indirectas, familiares o testigos).

·         Su objetivo principal es proporcionar apoyo, reducir el peligro de muerte y enlazar a la

persona en crisis con los recursos de ayuda disponibles en ese momento.

·         Puede proporcionarlos cualquier persona que se encuentre entrenada en esta técnica, no

necesariamente tiene que ser un psicólogo.

·         Se aplican principalmente en el lugar del suceso, no en una clínica especializada.

 

Con su aplicación buscamos regular el nivel del estrés y fomentar la adaptación y el afrontamiento a corto, medio y largo plazo.

 

 

El líder deberá tener en cuenta la amplia variedad de reacciones y sentimientos que podría encontrar en cada persona. Esto dependerá, por una parte, de la naturaleza y la gravedad de los hechos, y por la otra, de características personales de la persona afectada, como lo son sus experiencias previas, el apoyo social disponible, su mecanismo de

afrontamiento, su historial de salud física y mental, su cultura y su edad. 

 

Los Primeros Auxilios Psicológicos (abordaje Dr. Moshe Farchi)

El Dr. Moshe Farchi define que el principal objetivo de los Primeros Auxilios Psicológicos es reducir

la posibilidad de síntomas y desorden de estrés postraumático en las personas afectadas por un

evento. Sus investigaciones científicas han demostrado que el hecho de que las personas

permanezcan mentalmente activas durante el tiempo de crisis disminuirá la probabilidad a que

desarrollen síntomas postraumáticos. Es por esto por lo que resalta la importancia de mantener

una comunicación cognitiva (y no emocional) durante el proceso de los Primeros Auxilios

Psicológicos, aunque esto implique actuar “en contra de lo intuitivo”.

 

Por ejemplo, cuando alguien se ve en la necesidad de ayudar a una persona que ha sufrido un trauma psicológico, a menudo se tiende a hacer contacto físico, ya sea tomando de la mano o abrazando a la persona afectada para tratar de tranquilizarla. Esa actitud, aunque bienintencionada, no es necesariamente útil.

El autor plantea que el contacto físico en ese preciso momento podría enviar un mensaje de autocompasión o de falta de fe en la capacidad de esa persona para superar y recuperarse. En algunos casos, el contacto físico podría sentirse intrusivo e incómodo, ya que la persona afectada está aún en estado de shock y alerta máxima.

Principios de acción

Moshe Farchi plantea los siguientes principios de acción, los cuales pueden servir de guía para

reducir el riesgo de sufrir daños psicológicos o psicosociales de las personas recientemente

afectadas por una emergencia o desastre.

 

1. Ayudar a que las personas cubran sus necesidades básicas y de seguridad

· Cobertura de necesidades fisiológicas básicas: alimento, resguardo y atención médica

· Atender las necesidades de seguridad que se observen

· Proporcionar información fidedigna sobre cómo obtener apoyo

· El estrés podría alterar la capacidad de procesar información. Se recomienda repasar la

información las veces que sea necesario y asegurar que la persona ha comprendido el

mensaje, por ejemplo, pidiéndole que repita el mensaje para clarificar.

2. Dar apoyo social y conectar

· Facilitar que las personas hagan contacto unas con otras. Esto ayudará a combatir los

sentimientos de aislamiento y desamparo que a menudo se observan durante y después de

los desastres.

· Los niños y adolescentes pueden beneficiarse de compartir tiempo y espacio seguro en

grupo.

· Respaldar el proceso de adaptación escuchando y acompañando empáticamente

· Permitir el contacto con familiares, amigos otras personas que están enfrentando la misma

situación traumática. Por ejemplo: pareja, familiar cercano, obispo, doctor o inclusive

mascota.

· Para algunas de las personas afectadas, hablar de la emergencia puede significar apoyo

emocional. Para otras, contar con un espacio de confianza, sin necesidad de compartir

detalles de lo ocurrido, podría ser mejor. Los profesionales de la salud mental debemos

respetar esta diferencia y empoderar a la persona a su propio ritmo.

3. Ayudar en la relajación

· Cualquier técnica o ejercicio que ayude a generar un sentido de regulación y control sobre

las reacciones físicas y emocionales de una persona, promueva comodidad y procure la

concentración en el aquí y el ahora será útil.

 

· Automatizar los procesos respiratorios ayudará a reducir la tensión física, mental y

emocional.

4. Ofrecer esperanza

· La esperanza es el estado de ánimo en el cual la persona percibe que su problema tiene una

solución. La posibilidad de salir adelante, aunque no sea inmediatamente, mejora el estado

anímico actual.

5. Promover la autoeficacia / empoderamiento

· Al sentirse empoderada, la persona reconoce sus capacidades para mejorar la situación en

la que se encuentra, por adversa que esta sea. La autoeficacia resulta ser un factor clave en

la adaptación y futura resolución del problema.

6. Contextualización

· Antes de aplicar los Primeros Auxilios Psicológicos, el profesional debe disponer de

conocimiento sobre el entorno en el que trabajará. Tener información veraz sobre lo que ha

ocurrido, el contexto social y los recursos con los que se cuenta es importante para brindar

apoyo eficaz a la población afectada. 

 

Modelo 3L para la implementación de los Primeros Auxilios Psicológicos

Recordemos que los Primeros Auxilios Psicológicos se refieren a la intervención psicosocial

inmediata que podemos ofrecer a las personas afectadas por una emergencia o un desastre para

reducir la probabilidad de que éstas sufran de trastornos. No hablamos de una intervención

terapéutica o de un proceso de abordaje psicosocial, sino de un acercamiento inmediato que será

crucial para el proceso y el desarrollo psicosocial posterior de la persona. Por esto, debemos

asegurarnos de implementar los PAP de manera responsable y eficiente.

 

El modelo de 3L (por sus iniciales en inglés) – Look (observar), Listen (escuchar), Link (enlazar) –

propuesto por el Dr. Moshe Farchi plantea tres principios básicos que sirven para guiar al

profesional en la tarea de analizar y evaluar los factores inmediatos que deben de considerarse a la hora de acercarnos a las personas afectadas, así como para decidir qué tipo de intervención

inmediata causará el mayor efecto positivo en ellas. A continuación, ampliaremos sobre cada uno de estos aspectos.

1. LOOK / OBSERVAR

Lo primero que se hace es observar el entorno para revisar qué problemas de seguridad y riesgos

están presentes. También se espera poder detectar y acercarnos a personas que presenten

reacciones físicas y/o emocionales evidentes y puedan necesitar apoyo. Para cumplir este

propósito, debemos tomar tres pasos principales. Para cada uno de estos pasos, podemos referirnos

a diferentes preguntas que nos servirán de guía para cumplirlos:

Comprobar la seguridad

· ¿Qué peligros puede ver en el medio ambiente? (Conflictos activos, carreteras dañadas,

edificios inestables, incendios, inundaciones, etc.)

· ¿Puedo permanecer en ese lugar sin ponerme en riesgo a mí mismo u otros?

 

Si el lugar afectado no es completamente seguro, no abandone el área. Minimice los riesgos que

puedan afectarle y trate de obtener ayuda para las personas necesitadas. De ser posible, establezca comunicación con las personas en peligro desde una distancia segura.

Identificar necesidades urgentes

· ¿Hay alguien que parece estar gravemente herido y necesita ayuda médica de emergencia?

· ¿Hay alguien que, a su criterio, necesita ser rescatado de un peligro inmediato o parece

atrapado?

· ¿Observa a alguien con necesidades básicas obvias y urgentes que aún no han sido

cubiertas, como protección contra el clima, ropa desgarrada, sueño, agua, comida?

· ¿Qué personas pueden necesitar ayuda en términos de acceso a servicios básicos y atención

especial para protegerse de la discriminación y la violencia?

· ¿Quién más está disponible a su alrededor para ayudar?

· Conozca su función y trate de obtener ayuda para las personas que necesitan asistencia

especial o que tienen necesidades básicas urgentes.

Identificar reacciones de angustia grave

· ¿Hay personas que parecen extremadamente molestas, que no pueden moverse solas, que

no responden a los demás o que están en evidente estado de shock?

· ¿Quiénes son y dónde están localizadas las personas más angustiadas?

· ¿Quién puede beneficiarse de Primeros Auxilios Psicológicos?

2. LISTEN / ESCUCHAR

Como parte de la evaluación del contexto, debemos también preguntarnos cuáles son las

necesidades y preocupaciones que inquietan a las personas afectadas. Para esto, debemos buscar la manera de entablar una comunicación tanto eficiente como responsable.

Destrezas de comunicación

Existe una diferencia significativa entre oír y escuchar. Cuando oímos, percibimos cualquier sonido

a nuestro alrededor. Al oír, se pone en funcionamiento el sistema auditivo. Pero escuchar implica el uso de varias funciones cognitivas, ya que requiere: oír, prestar atención, focalizar nuestra atención voluntariamente, interpretar la información recibida y reaccionar. Al brindar ayuda a otros en una situación de emergencia, debemos ser capaces de escuchar con nuestros oídos, nuestra mente y nuestro corazón. Para facilitar el establecimiento de confianza (compenetración/relación), la escucha activa requiere que el profesional pueda:

● mostrarse disponible;

● procurar un espacio privado, seguro y cómodo;

● escuchar sin intentar buscar soluciones;

● brindar el apoyo adecuado para encontrar las soluciones más asertivas;

● animar a la persona a investigar a fondo el problema y las posibles soluciones;

● escuchar las emociones relacionadas;

● responder de manera coherente;

● escuchar abiertamente, sin emitir juicio; y

● no menospreciar los sentimientos ajenos.

 

 

Escucha de apoyo

Como líderes, estamos obligados no sólo a escuchar y prestar atención, sino también a

promover la autorreflexión de la persona para permitir el procesamiento, una mejor toma de

decisiones y una organización lógica de los pensamientos y los recuerdos. Para ese propósito, hay

varias herramientas de escucha de apoyo que podemos usar:

· Técnicas de repetición: procurar que la persona afectada repita las partes importantes de

lo que se dijo y resuma los puntos principales de la conversación. El objetivo es

proporcionar herramientas de reflexión y mostrar participación activa en la conversación.

· Aclaraciones: el profesional debe aclarar a la persona afectada lo que dijo o trató de decir.

· Soporte verbal: el profesional dice que él/ella confía en la capacidad de la persona afectada

para superar los obstáculos y tratar con éxito la situación. El profesional le muestra a la

persona que él/ella tiene fe en él/ella y que estará a su lado para apoyarlo/a y alentarlo/a

hasta que se encuentre una solución.

· Sugerir en vez de asesorar: Sugerir es una forma moderada de dar consejos. Una

sugerencia no es obligatoria, el profesional simplemente plantea una posible forma de

acción o una posible solución. Una sugerencia se presenta de manera que no obliga a la

persona afectada a estar de acuerdo con ella ni a aceptarla. Aclara el punto de vista del

profesional, pero le da a la persona la libertad de aceptar, rechazar o sugerir soluciones

alternativas.

· Técnicas de relajación: a veces, encontramos que los niveles de estrés de la persona son

demasiado altos para comunicarse y participar adecuadamente en una conversación. En

este punto, podemos usar técnicas de relajación para promover la calma y proporcionar

herramientas útiles para la autorregulación. Ejemplos de técnicas de relajación pueden ser:

● Puesta a tierra a través de los sentidos (preguntas directas que estimulan la utilización

de los cinco sentidos)

● Ejercicio de respiración

● Calentando tus manos

● Golpear las manos en un instante

● Relajación muscular progresiva

 

 

3. LINK / ENLAZAR

El rol del líder que implementa los Primeros Auxilios Psicológicos no implica solo identificar

y detectar las necesidades de atención, si no, además, ofrecer o facilitarles a las personas el acceso a los servicios necesarios para dicha atención. Esta tercera instancia, luego de haber analizado la

situación (observar) y haber entendido las necesidades de las personas y su estado de bienestar

actual (escuchar), nuestra siguiente meta será ayudarlas a que vuelvan a funcionar de manera

óptima y conectarlos con miembros y/o recursos de la comunidad que puedan continuar

brindándoles el apoyo necesario. Para alcanzar esta meta, podemos utilizar el siguiente esquema de

5 principios básicos de respuesta inmediata:

 

ACCIONES RECOMENDADAS RESPUESTA AL EVENTO TRAUMÁTICO

OBJETIVO A LOGRAR POR MEDIO DE PAP

 

HACER ESTO

PARA LOGRAR ESTO

 

CONECTAR  (reducir soledad)

RESTAURAR EL SENTIDO DE PERTENENCIA

CALMAR EMOCIONALMENTE

VALIDAR Y REGULAR EMOCIONES

ACTIVAR (reducir la impotencia)

RESTAURAR SENTIDO DE CONTROL

 

HACER PREGUNTAS

RESTAURAR EL PENSAMIENTO LÓGICO

RESUMIR (reducir confusión)

CREAR UNA SECUENCIA DE HECHOS

 

1. Calmar a la persona, haciendo conexión con ella:

En un evento traumático, uno de los síntomas más comunes es la sensación de soledad. Este

sentimiento puede impedir que una persona vuelva a su funcionamiento normal. La manera de

ayudar para que la persona afectada no se hunda en la soledad es haciéndole saber que usted

permanecerá con ella:

· Únase a la persona físicamente - sentado si está sentada, parada con ella, caminando con

ella.

· Identifíquese y pregunte el nombre de la persona.

· Haga un compromiso verbal con la persona: asegúrele que usted estará a su lado y que se

quedará hasta que ambos estén a salvo. Por ejemplo: Mi nombre es Cristina, ¿cuál es tu

nombre? ... María, no estás sola. Estoy aquí contigo. Me quedaré hasta que estés a salvo”.

 

2. Activar a la persona para que se involucre en tareas funcionales simples:

La impotencia es un factor determinante al momento de enfrentar un evento traumático. Sentirse

impotente implica no creerse capaz y, por lo tanto, no tener control, soluciones o herramientas para enfrentar el problema. Es por esto por lo que resulta tan importante ayudar a que la persona

afectada por la emergencia salga de la indefensión y progrese a un estado funcional y alerta. Esta

transición (de la indefensión a lo cognitivo) se logra ofreciendo la posibilidad de tomar decisiones

simples, por ejemplo: ¿Quieres llamar a tu familia o ir directamente al hospital? Algunas

consignas o preguntas que pueden ayudar a involucrar a las personas en tareas funcionales simples son:

· Si la persona es receptiva:Me gustaría que recolectes tus pertenencias y guíes a las demás

personas a pararse en la acera

· Si la persona no responde, tome sus manos y apriete suavemente con un ritmo constante,

pídale a la persona que haga lo mismo, a manera de establecer una conexión mutua. Una vez

que él/ella responda, ayúdele a pararse y comenzar a caminar. Luego guíelos hacia una

actividad funcional.

· Si la persona está abrumada y camina o corre, vaya tras ella y dele instrucciones y asígnele

tareas simples. Por ejemplo: “disminuya la velocidad y muévase a la acera”.

· Ofrezca a la persona algunas opciones de tareas funcionales para elegir, por ejemplo:

“Quieres ayudarme a contar cuántas personas hay en esta fila o prefieres traer un vaso de

agua fresca para los niños?”

 

 

 

3. Hacer preguntas sencillas que requieran pensamiento y permitan elección:

Durante un evento traumático, una persona se siente sobrecargada de emociones y la parte

cognitiva del cerebro (responsable del pensamiento lógico) se cierra. Es importante activar el

pensamiento cognitivo por medio de preguntas que se centren en decisiones o hechos y no en

emociones. Las preguntas deben ser simples y centrarse en temas prácticos, tales como:

● Tiempo: Cuánto tiempo llevas aquí?

● Cantidad: ¿Cuántos autos estuvieron involucrados en este accidente?

● Logística: “¿Estabas en algún lugar? ¿A dónde quieres ir ahora mismo?”

● Quién: ¿Estás aquí solo?

El objetivo es devolver a la persona a un estado mental funcional que permita un pensamiento claro y una efectiva toma de decisiones. Pueden utilizarse preguntas como:

● ¿Quieres hablar con un paramédico primero o con tu familia?

● ¿Quieres contar a los estudiantes que entran al aula u organizar las sillas?

4. Resumir, crear una clara secuencia de hechos:

Los eventos traumáticos causan confusión. A menudo, a la persona se le dificulta establecer una

secuencia clara de los eventos referentes a la emergencia debido a que su sistema nervioso se

encuentra abrumado. Es especialmente importante que la persona afectada entienda que el evento ha terminado y que ahora se encuentra recibiendo apoyo. Por tanto, infórmele claramente la secuencia de eventos, incluyendo lo que sucederá en los próximos minutos. Por ejemplo, “Hubo un accidente automovilístico, la ambulancia y la policía llegaron hace 5 minutos, usted irá en la

ambulancia para ser atendida en el hospital. El evento ha terminado, ahora vamos a ayudarle”

 

Rol del Líder

Los líderes somos uno de los profesionales que intervienen en situaciones de

emergencia, crisis y desastres, abordando el modo de reacción de los individuos, grupos o

colectivos humanos en las diferentes fases de una situación.

En una situación de emergencia trataremos con personas que presenten episodios traumáticos, estados de ansiedad, ataques de pánico, pérdidas, duelos, incertidumbre y desolación. Nuestro objetivo será reestablecer el sentido de seguridad y minimizar las crisis emocionales tanto a nivel individual como a nivel grupal.

La intervención psicológica de emergencias se lleva a cabo en tiempo real e implica una respuesta

inmediata ante una situación nueva, crítica, inesperada y rodeada de incertidumbre. Al momento

del abordaje, los lideres no sabremos a qué hemos de enfrentarnos ni lo que vamos a encontrar

al llegar a la zona afectada.

Algunos de las intervenciones que los líderes hemos de lograr en estas circunstancias son:

● informar a las personas sobre lo que ha pasado,

● examinar el impacto psicoemocional del desastre,

● fomentar un entorno de protección y asistencia,

● regular las reacciones psicológicas que se presenten en las personas afectadas,

● atención en Primeros Auxilios Psicológicos,

● llevar un registro de las necesidades observadas en el campo, y transmitir dicha

información a las instituciones o personas que puedan incidir y enriquecer la red de

apoyo,

● vinculación de las personas afectadas con otros servicios de apoyo, familia y miembros

de su comunidad.

En conclusión, durante una situación de emergencia, los profesionales de la salud mental debemos

enfocarnos en guiar a las personas de vuelta al funcionamiento normativo.