miércoles, 10 de julio de 2013

Sos un caso

El "Sos un caso" como insulto escondido. 
Como cumplido ambiguo.
Como un incómodo "Sos único y me alegro por eso".
Un mezquino " Sos especial", " Sos irrepetible", "Sos valiente por atreverte a ser diferente". 
Un desconfiado "me cuestionás mi propia existencia y no me gusta".
Un juicioso "no te tolero, te voy a apedrear". 
Un envidioso "ya quisiera animarme yo". 

Y, como respuesta, un sincero "gracias". 
Y un bien merecido "a la mierda con vos y tu molde".
Y un irreverente "no somos iguales vos y yo. Vos sos cobarde". 
Y un genuino "sí, soy un caso, gracias a Dios lo soy". 

domingo, 7 de julio de 2013

Lecciones


A mis casi 35 puedo compartir algunas verdades de vida que he aprendido x experiencia. Por ejemplo: el cafe sabe mejor si se acompaña de una buena platica. 
Tus mejores intenciones no seran comprendidas x todos.

Si alguien te quiere,te lo hace saber con acciones. 
Cada dia trae su afán. 
Los abrazos sinceros curan todo. 
Dios es el único que no te abandonara. 
Siempre habra gente envidiosa,nimodo.
Se ama con todo el corazon,si no para que jodidos. 
Perdona,pero no olvides. 
Si no estas de acuerdo con algo,hazlo saber. 
Se sincero,con otros y contigo mismo. 
Es mejor pasar x desquiciado q ser pasivo-agresivo. 
Apunta las cosas y hazlo antes de que se te olviden (como me paso a mi con las demas enseñanzas q pense)...
Cada quien tiene lo que se merece. 
Ponerse a dieta es caer en negación. 
No siempre el amor es mutuo, debemos saber en que personas debemos invertir. 
La mayor satisfaccion es saber que hiciste el bien en la vida de alguien mas. 
El libro siempre es mas emocionante que la lica. 
 Si cometiste un error,disculpate. 
No hay nada tan pizado q no puedas lograr. 
No hay nada tan fácil que no puedas cagar. 
La mayoria de relaciones tienen fecha de caducidad. 
Casi todos sabemos querer,pero pocos sabemos amar.
Una muy importante: si es mas vieja y/o mas gorda que tú, NUNCA te dara via.

Los Migrantes

1)
Se fué sin nada y regresó felíz, orgulloso y con plata. Ojalá esto también fuera posible para los millones de chapines que se ven obligados a emigrar. Felicidades Erick.

-Escrito para Erick Barrondo-


2)


Yo también fui inmigrante. 
Y, como inmigrante, llevo en mi corazón lecciones y cariños de ese lugar al que llamé hogar por unos años. 
Y, como inmigrante, me sé capaz de empezar de cero. 
Y me sé de huevos. 
Y, comprendo el desarraigo la nostalgia. 
Y valoro el esfuerzo y el trabajo. 
Y veo la vida como un viaje que hoy me lleva y mañana me trae de vuelta. 

Y yo, como cualquier otro inmigrante, también me siento más cerca cuando estoy lejos. 
(Desde un lugar lejano a mi casa, les deseo, amados y valientes amigos, un feliz regreso) 

-A mis amigos Luisa y Alejandro y a mi hermano que son migrantes. 
Costa Rica, enero 2013-


El éxito

Tratando de escribir un concepto propio para definir el éxito...
El solo hecho de pensar que invierto mi tiempo haciendo esto me hace sentir como una gran perdedora. 
Pero esta tarea me permitirá concluir mi Diplomado en el Tec de Monterrey ( y ser una completa winner?). 
3 horas después, he decidido escribir: "El éxito consiste en ser felíz. En perdonarse por los errores cometidos.En estar satisfecho con lo que se hace y piensa. Ser exitoso es vivir en congruencia y tener la conciencia tranquila." 
Si lo pienso, aunque igual salgo fregada, me da mucha satisfacción el afirmar que aun no soy exitosa, pero en esas voy.

El amor


El amor. 
A veces trabado en la garganta y, a veces haciéndome cosquillas en la panza. 
A veces condensado líquidamente en una lágrima o en un secreto que solo vos y yo compartimos. 
Pero siempre en el corazón, justo a un ladito de los buenos recuerdos y los proyectos por cumplir. 
Allí, en su lugar: incondicional y sin reparos. 
("Así es el amor" diría Tito, El Bambino).

Deseos de Año Nuevo


A mis amigas y amigos, he estado pensando en que podría desearles además de las bendiciones, salud y alegrías... 

Que tengan un año mejor que el presente. 
Un 2013 con fiestas y celebración, con padres sanos y con hijos contentos. 
Les deseo tranquilidad y noches bien dormidas. 
Les deseo mas tolerancia. 
Les deseo muchos cafecitos bien conversados , libros bien leídos y trabajos bien hechos. Que sus idas al súper sean por chocolates y no por comida de dieta.
Quiero que sean queridos, adorados y respetados. 
Deseo que sepan darse su lugar (ante otros y ante ustedes mismos).

Deseo que cuando les toque ser honestos, lo sean. 
Que afronten las situaciones con huevos y sin tener miedo a las consecuencias.


Que, si han de inyectarse, sea de Botox y no de antibióticos, que nadie los joda y que canten bien fuerte cuando van en el carro solos.

Que tengan un año con vacaciones, paseos y escapadas. 
Que no les falte nada y que no les roben nada. Sobre todo la paz.


Les deseo que, a pesar de la ya avanzada edad, esas ganas incontenibles de vivir nunca se les mueran. 
Que sean todo eso que soñaron ser cuando “fueran grandes”. 


Les deseo risas y carcajadas, de esas que hacen llorar... risas tan fuertes que tengan que doblarse y cerrar bien las piernas para no hacerse pipí. Risas diarias y semanales, risas espontáneas, risas por tonterías. Que las arrugas de “pata de gallo” valgan la pena, que jodidos. 


Deseo que su relación mas importante sea con Dios. 


Y, finalmente, les deseo la sabiduría de escuchar a su corazón en cada una de las decisiones que tomen. 
Que tengan los medios económicos y emocionales de cumplir sus sueños, aunque sea uno por uno. Ya ven que la Selena nos enseñó que paso a pasito, pero sin dejar de tambalear. 


2 de enero 2013

Chocolate


Transito la 16 calle y 5ta avenida zona 10. 
Un sol de mierda. 
La paranoia de asalto a 9.5/10. 
Y, de pronto, la inmaculadamente blanca camioneta Audi Q5 que va frente a mí se detiene. Es una señora encopetada que baja su vidrio y entrega una caja de chocolates (de la setentera pastelería Zurich) al ciego y su lazarillo que piden limosna que en la esquina. 
Entregado el paquete, cierra su vidrio y se va. 
Yo,en mi mundo egocéntrico pienso: "Qué pu@&€ pensará esta vieja? Para qué jodidos quieren ellos una mie@&€ caja de chocolates?". 
Seguí juzgando a la vieja hasta que vi la cara del ciego probando el primer chocolate. 
Por Dios que nunca había presenciado tanta felicidad. Tanto gusto. Tanto placer. Tanto que me hizo llorar. 
Y lloré. Y me lo disfruté.
Claro que esta experiencia extraordinaria me ha enseñado (o recordado?) varias cosas que, a aveces, se me olvidan):
 1) Cada quien da lo que tiene.
 2) Somos responsables de disfrutar (o no) de lo que la vida nos da.
 3) La felicidad es una experiencia personal e intransferible. 
Saqué de mi bolsa el pedazo de chocolate que siempre llevo conmigo. Pero esta vez lo comí con mas gusto que siempre y acompañado de una breve oración en la que agradecí el "recordatorio" del que acababa de ser testigo y, de paso, pedí a Dios compartir un poco del gusto que estaba viviendo el ciego.

Mi propio ritmo


Durante mi (ya larga) vida quise ser muchas cosas. 
Empacadora de regalos en Cemaco. 
Pintora. 
Maestra. 
Comediante. 
Psiquiatra. 
Publicista. 
Perfiladora del FBI. 

Pero nunca pensé en la música como forma de vida. 
Hasta hoy. 
Hoy que bailo el son que yo misma toco. 
Y que sabroso ritmo.

La Maestría


Oficialmente inscrita. 
Usuario, carnet y todo. 
Mi revoltosa e insolente mente no deja de preguntarse: "Y vos, por qué estudiás? Para qué te sirve esto?". 
Sigo sin respuesta. 
Pregunto y todos responden un trillado: "para buscar un buen trabajo", "para asegurarte éxito profesional", " para ganar dinero", "para que mis padres se sientan orgullos" y , los mas rolleros responden:"para encontrar un sentido"... 
Personalmente, cada una de estas razones me parece bastante estúpida. 
Aquellos a quienes nos ha dado el sol (por varias décadas ya) sabemos que se puede vivir perfectamente sin estudiar. 
Es más, estudiar en Guatemala es un verdadero lujo, exclusivo para los privilegiados. Títulos en la pared? Prefiero arte. 
Que me digan Master? Solo que fuera Of The Universe. 
No me saca de pobre. 
No me saca de la ignorancia.
No me rejuvenece. 

Después de dedicarle varias neuronas al asunto concluyo lo siguiente: 
el (los) título (s) que tenemos sólo vale (n) para poder decir, con un margen de probalidad científicamente aceptable, que no somos completamente tontos.

Enero 2013

35 años


35 años. 
No son pocos, pero tampoco son muchos. 
No soy tan joven, pero tampoco tan vieja. 
Soy inmadura en muchas formas, especialmente cuando de bromas y risas se trata. Pero también sé ser un adulto asertivo cuando hace falta. 
Puedo andar muy cool en la calle sin que me de pena subir el volumen al radio y cantar. Soy lo suficientemente joven para valerme de mis encantos y soy justamente vieja para saber que la vergüenza y el recato no valen de nada. 
Solo en mi playlist de vida comparten escenario Adelle y Miriam Hernández . 
A mi edad, puedo decir que tengo la suficiente experiencia: ni me asusto ni me dejo de impresionar. 
Si me babosean es por que así lo quise. 
Y soy joven para hacer planes y respaldarme en la certeza de poder cumplirlos. 
Calores, de hormona y de calentamiento global. Me dan lo mismo. 
Y mi cara! Mi cara de señora-joven con igual número de pecas que de arrugas. Nada que un poco de maquillaje y actitud no compongan. 
Hoy, a mis 35, justo cuando la vida más me sonríe, le pido a Dios una sola cosa. 
Le pido que, sea por el Apocalipsis o por la Osteoporosis, la muerte me encuentre vacía y libre. 
Vacía porque dí todo lo que tenía. Y libre porque así lo quise siempre.

La otra Ximena Fuentes


Mas que a Emetra, mas que a la SAT y mas que al pecado, le huyo a las deudas. 
Será porque soy olvidadiza e irresponsable. 
Y, encima, re miedosa al compromiso. Y porque DETESTO los cobros y sus implícitas persecuciones. 
Así que me extrañé muchísimo cuando empecé a recibir notas de cobro del Banco de Chile a mi correo. De eso ya hace un par de años. 
Después de un poco de research, comprendí. Ella se llama Ximena Fuentes y vive en Atofagasta. Tiene 49 años y, aparentemente, no es nada organizada con su pisto (hecho que, creo, ha de venir implícito con el nombre...). Me molestaba mucho recibir los cobros: del banco, de las cuotas de su carro, de sus proveedores. Finalmente la encontré en Facebook, le escribí y hasta se disculpó. Compartimos un par de bromas alguna vez. Y, de pronto, le perdí la pista. No mas cobros (que bueno por ella, pensé). Hasta hace un par de meses. Me sorprendió ver que estos nuevos cobros los emite el Instituto Nacional del Cáncer. Le piden que pague el tratamiento de quimioterapia al que se sometió el año pasado. Y ella no responde. Y me genera el sentimiento más extraño que he tenido en mi vida. Yo que, en nuestra última plática electrónica, había bromeado con ella sobre el hecho de que nuestra historia parecía película de Hollywood. Ella escogió ser interpretada por Merryl Streep. Yo escogí a Natalie Portman (aguanten). Hoy, le pido a Dios este no sea el final de la película.

Día de la mujer 2013


Viaje madrugador con rumbo a las Verapaces. 
Traje de vuelta ojos llenos de verde, celajes y una valiosa lección sobre la autonomía y el amor. 
Para variar, escucho la conversación de dos mujeres indígenas sentadas en el asiento delante del mío. "Usted cree que ese pisado la quiere porque le compra cosas bonitas a usted. Pero usted no sabe nada" -enfatiza mientras se mete un chicle a la boca-.
"Si así fuera eso del amor, a mí nadie me quiere, diría usted. Pero eso no es cierto. Yo me quiero a mí misma y me compro mis propias babosadas yo. Y, así, es como mejor me he sentido en mi vida, viera" -sonríe satisfecha mostrando su diente de oro mientras infla y revienta una bomba verde con olor a menta-. 
Yo sonrío también y me permito soñar con un país mejor para nosotras. Feliz día, pues, mujeres (autónomas o no).

Punto de quiebre


En algún momento de la vida lo aprendemos: 
remojar la champurrada el suficiente tiempo para que se llene de café pero retirarla en el instante exacto antes de que se produzca la tragedia de una taza llena de migas. 

Y esa es la clave: reconocer el punto de quiebre. 
De la champurrada (como vil carbohidrato) y de nuestra propia tolerancia (como cualidad humana). 

Y lograr la pericia de un impecable movimiento taza-boca antes del desmoronamiento. 
Y reconocernos como seres que necesariamente deben aprender a sortear las penas con flexibilidad: ni muy tiesos ni muy aguados.

Valiente

Esforzado.
Decidido.
Luchador.
Ese es el valiente.

Valiente aquel que expone el alma a la pelea.
Valiente aquel que sangra las heridas de acción.
Valiente aquel que asume las heridas de omisión.
Valiente quien lucha con toda su entrega por amor.

Pero valiente también aquel que sabe cuando rendirse.
El que se da cuenta de que pelear no tiene sentido ya.
Y (valientemente) toma sus armas mientras se retira con la frente en alto y un "hice lo que pude" trabado entre pecho y espalda.

Y es que encarar la verdad de frente requiere de esfuerzo.
Y tomar  las acciones dolorosas necesarias requiere de valentía.
Decir adiós. Adiós aunque duela. Adiós.
Y tomar camino decididamente y sin ver atrás.
Valiente.

Valiente también ese que tiempo después sigue pensando en lo que podría haber sido y decide retomar su lucha.
Valiente quien, como Rambo, ha curado sus propias heridas y vuelve al campo de batalla y se dice "Sé valiente, no rajés" mientras vuelve a ponerse la armadura sintiendo su corazón latir.
Valiente.

Luchar y pelear.
Herir y ser  herido
Sangrar y sufrir.
Asumir y sanar.
Y volver a la batalla.
Valiente.



2 de julio 2013

jueves, 4 de julio de 2013

La caja del alma

Esa caja que todos guardamos.
La caja del alma, le digo yo. 
Cartas, memorias, papelitos, sentimientos.
Bajo la cama, dentro del closet, en el corazón.
Escondida, pero no mucho.
Guardada, pero disponible. 
Guardamos a los realmente importantes. 
Gente que nos ha querido. 
Gente que a la que sentimos cerca y queremos recordar. 
Y la buscamos cuando necesitamos validación. 
Y la abrimos en esos días solitarios.
Esos días en los que necesitamos recordar que, a pesar de nosotros, alguien alguna vez nos ha amado.

28 junio 2013.

martes, 2 de julio de 2013

De la violencia

Día difícil. Decido llenar mis vacíos y esquivar el tráfico con una hamburguesa. Saco la billetera con toda la libertad que me da el ser una mujer que se gana sus propios centavos ( aunque sean pocos). Como es esperado para nosotras, las gorditas golosas, pido el menú agrandado. Y un sundae.  "Libertades que me doy" -pensé-.Al momento de sentarme e hincarle el diente al magnífico carbohidrato, veo a la nena de unos 2 añitos que está en la mesa de atrás. Me sonríe y se me llenan de agua los ojos (me recuerda a una nena que tuve y amé alguna vez).
Se pasan 10 minutos y la nena llora. No quiere comer mas. La entiendo: le compraron una hamburguesa igual a la que me comía yo. Y, seguro, no le cabe más. La mamá la regaña, obligándola a comer. La nena llora mas fuerte.  "Nena, no llorés!"-exclama la madre, molesta-" Mirá que la gente va a creer que te estoy haciendo algo, no grités. Comé y no seás clavera". Se me subió la indignación y me cerró la garganta. Debí decir algo. Debí defenderla. Debí hablar. Pero no hice nada. Fuí cobarde. Me limité a verlas salir del restaurante con sus sobras de hamburguesa en mano. Traté de tragarme la impotencia con lo que me quedaba de Coca Cola, pero no pude.  El malestar sigue aquí en mi garganta. Y, de pronto, lo entiendo: Soy mujer.  Soy chapina. A mí también me enseñaron a tolerar la violencia y a callar.

Post dedicado a los vecinos de Cristina Siekavizza. 

Mayo 2013

lunes, 1 de julio de 2013

Milagros

Milagros.
Los vemos a diario y seguramente es por eso que se nos escapan de la vista.

Llegar vivo a casa después de un día en esta ciudad/jungla, encender la tele, toparte con una maratón de Grey's Anatomy y sobras sabrosas en la refri y tener este momento glorioso solo para vos: milagro.

Acompañar a un amigo que ha pasado muchísimas penas y puede darle (al fin) un beso con pacha a su nena a quien, ahora puede ver solamente una vez cada quince días: milagro.

Y una mujer fuerte que lloró demasiado tiempo por un mal hombre y, de pronto, expresa un sincero: " Sabés? Ya no me hace falta el pisado. Hoy sé que me merezco algo mejor": milagro.

Y una pareja que se ama hace muchos años y a quienes las circunstancias les han jugado mal y luego de extrañarse muchas noches  logran darse un beso y una razón para seguir viviendo: milagro.

Y muchos amigos rodeando tu pastel de cumpleaños.
Y que la tarjeta de débito inexplicablemente siga pasando. (ufff!).
Y esos ojos brillantes que te ven con admiración y agradecimiento mientras te dicen: 

"Mama, me fue bien en mi examen".

Y cientos de sonrisas honestas que te regala la vida cuando tenés una buena actitud.
Y un vaso de Coca Cola con hielo en un día de calor.
Milagro.  Milagro. Milagro.

Dios nos manda a ser testigos de los milagros diarios.
Demosle gusto a Dios, pues muchá. Abramos los ojos.

Oda a la madre

Mis hermanitos y yo. Eramos terribles. Eramos terriblemente irreverentes.  Los tres.
Y jugábamos con soldaditos plásticos. De esos que se volvieron famosos después de Toy Story.
Y mi mamá regañaba: "Patojos pisados, recojan esos soldados chingados tirados por todos lados". 

No entendía por qué nos daba tanta risa.  Y va pijazo. "Andá a reirte de tu madre". Y mas risas. (Y es que, cómo no?)


Créanlo o no tengo una madre. Y una de las buenas!
Madre de esas maestras ninja de la chancleta voladora.
Madre de esas que te educan en la sabia equidad del "par de abrazos, par de pijazos".
Madre de esas que llegan a caerte mal.
Madre de esas con las que peleas por tu autonomía.
"No te metás, yo puedo solo" les decís. Y lográs escuchar cómo esta solicitud les parte el alma.

Madres de esas que, a pesar de la ofensa, deciden  no escucharte y al día siguiente están allí "atrás de vos". "Chingándote la vida". "Metiéndose en lo que no debería de importarles". "Que shute es mi mamá".

Madres de esas que esperan de madrugada en la parada del bus con vos. Madres en pantuflas  y con peinado de almohada. Sea sol o sea lluvia:
Firmes con lonchera en mano mientras terminan de quitarle los cheles a un niño medio dormido.

Madres de esas que están pendientes de darte la medicina cuando estás enfermo y acompañan cada cucharada con un "Hacele ganas, pisadito. Por eso te dije que te pusieras sweater. Te dio el chiflón y vos, encima, andabas descalzo".

Madres de esas cuya pena es si el bebé hizo popó o no hizo.
Madres hace-disfraces o maquetas-geniales-a media noche-con-una-bolsa-plástica-dos-puntadas-y-goma blanca solo para que el pobre nene no se desvele.
Esas mismas que le enseñan fotos tuyas de bebé desnudo a tus novios cuando llegan a visitarte a casa por primera vez (mano, que clavo!).

Madres de esas que veo a diario en la puerta del Preventivo Pavón haciendo fila con trastes plásticos y muñecos de tortilla para sus nenes. Sin comer ellas, seguro, pero es que los hijos van primero.

Madres de esas que se hacen totalmente merecedoras del delantal de cocina con manos de niño impresas que les regalan cada 10 de mayo en la celebración del colegio.
Madres de esas incondicionales a las que les dedicamos nuestras primeras palabras y primeras letras: "Mi mamá me mima. Mi mamá me ama".

Bien los equipara la siempre sabia Shakira: "Que el cielo y tu madre cuiden de tí" . Y ha de ser porque, seguro, solo Dios y la madre son capaces de cuidar así. De amar así. Par de abrazos, par de pijazos.