domingo, 7 de julio de 2013

35 años


35 años. 
No son pocos, pero tampoco son muchos. 
No soy tan joven, pero tampoco tan vieja. 
Soy inmadura en muchas formas, especialmente cuando de bromas y risas se trata. Pero también sé ser un adulto asertivo cuando hace falta. 
Puedo andar muy cool en la calle sin que me de pena subir el volumen al radio y cantar. Soy lo suficientemente joven para valerme de mis encantos y soy justamente vieja para saber que la vergüenza y el recato no valen de nada. 
Solo en mi playlist de vida comparten escenario Adelle y Miriam Hernández . 
A mi edad, puedo decir que tengo la suficiente experiencia: ni me asusto ni me dejo de impresionar. 
Si me babosean es por que así lo quise. 
Y soy joven para hacer planes y respaldarme en la certeza de poder cumplirlos. 
Calores, de hormona y de calentamiento global. Me dan lo mismo. 
Y mi cara! Mi cara de señora-joven con igual número de pecas que de arrugas. Nada que un poco de maquillaje y actitud no compongan. 
Hoy, a mis 35, justo cuando la vida más me sonríe, le pido a Dios una sola cosa. 
Le pido que, sea por el Apocalipsis o por la Osteoporosis, la muerte me encuentre vacía y libre. 
Vacía porque dí todo lo que tenía. Y libre porque así lo quise siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario