sábado, 2 de mayo de 2015

De las costumbres y el amor

Dicen que del amor al odio hay un solo paso. Uno solo.

Sencilla matemática será entender que del odio al amor la distancia es exactamente la misma.  Una de las primeras lecciones que aprendemos los psicólogos es justamente esa. Y es que en el espectro de las emociones humanas, ambos sentimientos no son opuestos. El amor y el odio son complementarios.

 

Funciona mas o menos así: Asignamos una dosis de significancia emocional a alguien y según la intensidad de esta dosis es que fluctuamos entre un extremo y otro.

 

Odiamos la posibilidad de ser rechazados por aquel a quien amamos, por ejemplo.  

Amamos pensar que a esa persona que odiamos hoy, nadie va a amarlo jamás.

Odiamos porque alguna vez hemos amado. Como el Ying y el Yang del corazón. Complementarios.

 

Doy fe de esto. Acabo de verlo. Fue el 25 de noviembre. Ambos estaban sentados en la cama de hospital. Lado a lado, como siempre ha sido.

Tienen ya cuarenta años juntos. Algunos de novios, veintitantos casados, veintitantos divorciados pero cuarenta juntos.

 

Los escucho mientras ella reclama: "Viejo, cómo te fuiste a enfermar?"


El, con la voz mas dramática del mundo, respondió:  "...a ver si no me pelo hoy, vos. Los 25 de noviembre son siempre fatídicos".

"Dejá de estar hablando babosadas, aún no te toca. Pero-contame-

por qué fatídicos?"

"Un 25 de noviembre de 1945 se casaron mis papás..."-viendo, nostálgico, para el suelo-ella, interrumpiendo: "Ah, vos ni estabas. Y si eso no hubiera pasado ni nacés"- mientras le acomoda la almohada.

"También es aniversario de muerte de mi papá..." "Ah, superalo. Ya pasaron como cuarenta años" buscando minimizar ese dolor que nunca terminó de cerrar.

El continúa sin inmutarse ni despegar la vista del suelo-"Y en una fecha como esta fue que vos y yo nos hicimos novios hace exactamente cuarenta años..."-siguió un largo y pesado silencio que ella interrumpió, respondiendo: "25 de noviembre. Ni me lo recordés, porque eso sí que es fatídico"-sonrió de medio lado, viéndolo con amor. El también sonrió.

"Y además, hoy es 26"-acariciándole con ternura la cabeza pelona. "Se te pasó la fecha, mano. Si querés que este día sea fatídico vas atener que morirte hasta el próximo año".

 

Y yo me carcajeo mientras tarareo aquella que dice: "...cabe duuuuda que es verdad que la costumbreeeeee es mas fuerte que el amor" y me sacudo el fleco tal y como hacía la Durcal. "Amo a mis papás"-susurré mientras sonreía. Odio y amor. Complementarios.

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