sábado, 28 de marzo de 2015

Viva Viktor. De los golpes, la sobrevivencia y las piñatas

Esta semana celebré dos ocasiones importantes: el aniversario 38 de mi nacimiento y el cumpleaños 110 de Viktor Frankl. Terapeuta, escritor y maestro sobreviviente al Holocausto, Frankl plantea que no hay nada en el mundo que capacite a una persona para sobreponerse a las dificultades externas como la consciencia de tener una tarea/propósito en la vida. Esta tarea proporciona al hombre una razón para vivir, independientemente de sus circunstancias.  Y, entonces, dependerá del individuo descubrir en qué consiste su propósito y comprometerse al cumplimiento del mismo.

En su magistral ensayo autobiográfico "El hombre en busca de sentido" (1946)-lectura obligatoria para todos- Frankl considera que pese a la magnitud del sufrimiento y las condiciones existenciales, somos capaces de encontrar una razón para sobrevivir. Sufrimiento. Sentido. Sobrevivencia.
Frankl me llega a lo mas profundo. Me recuerda a mi propia cultura y contexto. Y es que somos mucho muy violentos nosotros, los chapines.
Y cómo no serlo si, desde niños, celebramos linchando a nuestro personaje favorito mientras nuestros padres y amigos nos alientan con vítores a desfigurarle. Celebramos compitiendo a muerte con otros niños por un puñado de dulces con grama.
Celebramos un año mas de sobrevivencia en este país/campo de concentración soplando encendidas velas que son anhelos y, efímeras, se apagan al primer contacto con el viento.
Y es que, entre los gritos, palazos al aire y aplausos es que perdemos la verdadera enseñanza que el difunto personaje linchado nos deja, misma que resumo en 5 principales leyes (descritas en forma mucho mas elegante por Frankl): 1) La última y mas elevada de las libertades humanas consiste en elegir la actitud personal con la que debemos enfrentar nuestro destino. Esto quiere decir que aunque la vida nos cuelgue de un hilo (o un alambre) es imperante sonreír. Ni modo.
2) Cada golpe pone a prueba lo transitorio, pero permite aflorar aquello esencial, que es lo que al final perdura: los dulces.
3) Aunque la gente haga fila y tome turnos para penquearte, deberás dar lo mejor de ti.  Resistencia  de espíritu que le llaman.
4)   No importa cuán arreglado y colorido estés. No importa si sos un personaje famoso y popular. La vida va a golpearte. Duro.
5) Al final, es la dulzura que llevamos dentro la que realmente cuenta.
Y, si el destino humano implica un poco de dolor, un poco de circunstancias adversas y mucho de aprendizaje pues habremos de hacer con la vida lo mismo que hacemos con las piñatas: darle duro y disfrutarla. (Continuará)

En la foto (circa marzo 1978), Linda Ximenita y sus dos primeras víctimas. Que descansen en paz. 



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