domingo, 24 de agosto de 2014

Sobre las expectativas y la abominable crisis de la mediana edad (parte II)

La semana pasada compartí con ustedes mi visión sobre la crisis de la mediana edad y las expectativas socialmente impuestas.  Hablamos sobre los anhelos e ideales y cómo estos se convierten  en ese camino que se nos obliga a transitar y que no nos permite "desvíos de ruta". Y sin embargo, llegamos a concluir que es gracias a estos "desvíos" que nuestra vida es hoy tan plena como es.  Las cicatrices son medallas. Esta lección de plenitud la aprendemos justo durante la "crisis de la mediana edad".

Por experiencia propia sé que las situaciones "negativas" han enriquecido quien soy y me han preparado para lo que ha de venir.  Rupturas de corazón, lágrimas, deudas, amores fuera de tiempo e incluso enfermedades han hecho de mí una mejor persona. Esto puedo agradecérselo a la vida y a los casi cuarenta años que tengo.

¿Que cómo afronto la abominable crisis de la mediana edad?
Asumiéndola con la mayor dignidad posible.
Y es que, hoy por hoy,  soy aquella que tiene una cuenta en Pintrest llena de decoraciones de casa  y recetas.
Pertenezco a un grupo de la iglesia (y lo hago de voluntad propia).
Llevo a mis hijos al entreno de natación (o foot o hockey) y hago porra con las otras de mi especie y uso mis zapatos de "mamá en kermesse" ( aquellos que combinan con el cardigan  al cuello, la vicera y la camisa polo).
Leo todos los suplementos de ofertas y hasta estoy enterada de que los jueves es "noche de mercado" en el super).
Compro para evadir las penas,: no importa si son zapatos o verduras.
Y veo el show de Oprah los miércoles por la tarde con una taza de café en mano.Y , solo a veces, uso mi saco blanco para ir a desayunar con amigas a Plaza Decorísima.
Al referirse a mí, los desconocidos me llaman "Señora".
Asumo dignamente esto de ser señora y soy una doña a la que le gusta bailar y cantar (aunque sea pésima para ambas). Y, a mis casi 40, me encanta hacer bromas. Y leer a Mafalda. Y tener una cama elástica en mi jardín (y hacer uso de ella).
Y amo pedir individual de papel y crayones de cera en los restaurantes ( y, en días de verdadera locura, hasta me permito pintar fuera de la línea). Y empiezo mis frases con un resignado "En mis tiempos..." cuando hablo con otros.
Y me compro siempre una Cajita Feliz y me tomo mi tiempo escogiendo el juguete mas chilero. Y guardo celosamente mi "primera edición" de "Barbuchín" que dice Linda Ximena Fuentes Molina 2do. "B" en una etiqueta de Hello Kitty.

Y creo que cada época pasada nos hace quienes somos hoy.  Y que los recuerdos son lo mas preciado que tenemos. Y también creo que ser viejo de edad no riñe con ser joven de actitud. Y que,  aunque pasen los años, el corazón no se arruga. Y a diario doy gracias a Dios por esto.

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