sábado, 12 de septiembre de 2015

Libertad, 15 de septiembre. De las tradiciones y la herencia

Me pasa todos los años: se deja venir otro mes patrio y sigo cuestionándome el "civismo chapin". Detesto las inútiles antorchas, los desfiles y los linchamientos, pero sobre todo la vergonzosa costumbre de "disfrazar" a los niños y ponerlos a vender en “el mercadito". ¿Me hace esto menos chapina?

Lo hice una sola vez: vestí a mis hijos “de indito”. Necedades de mi viejo. Acciones irreflexivas mías. Hoy puedo decir que me he reivindicado.Y quisiera que ustedes hicieran lo mismo. Año con año hago esta misma reflexión pública (arriesgándome al escarnio de los nacionalistas extremos y al linchamiento cibernético), pero es mi forma de celebrar y de hacer un mejor país para mí y para mis hijos.

Este 15 de septiembre les invito a que celebremos la independencia de una forma poco común para nosotros los chapines: cuestionándonos. Cuestionemos esta tradición tan racista. Piénsenlo un poco: ¿Qué valor estamos perpetuando con esta práctica? ¿Qué riqueza cultural le significa este estereotipo al país? ¿Qué le estás enseñando a tu hijo por medio de esta tradición?.

Yo, en celebración de la independencia, te invito a evaluar tu postura. ¿Defendés el racismo? ¿Decidís continuar con esta tradición? Si después de hacer algún tipo de análisis decidiste aferrarte a "lo que siempre ha sido" (apoyado por eso que dice que "la costumbre es mas fuerte que el amor") y escogés ser racista por decisión propia, excelente. Con el solo hecho de hacerte reflexionar me siento mas que satisfecha.

Si, por emitir este comentario, pensás que soy una resentida, te digo que tenés todo el derecho de hacerlo. Y yo tengo la obligación de respetar lo que sea que vos pensés.

El hecho de que no comprendamos el racismo del acto es precisamente la muestra mas clara de que somos un país racista desde la raíz. Esta es mi opinión. Pienso que no solo se trata de “disfrazar” a sus hijos de una etnia que no les corresponde. Ser indígena no es algo de lo que haya que "disfrazarse". Creo que lo peor de todo no es el disfraz o el estereotipo que implica. Es que a los niños, sus hijos, se les dice que esto es ser patriota y allí terminó el asunto. Y eso me da miedo.

Y tengo igual derecho de pensar y expresar lo que quiera. Y a que, sin importar mi postura, se me respete. Esta es la verdadera independencia.

Así que yo, chapina de nacimeinto y corazón, les invito hoy a cuestionarse.

Es la mejor invitación que puedo hacerles. Invitarlos a que este 15 de septiembre celebremos la oportunidad de ser libres, libres de tradiciones racistas. Invitarlos a que este 15 de septiembre celebremos la independencia, independencia de criterio, que tanta falta nos hace para construir un mejor país.


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