domingo, 19 de octubre de 2014

De la esperanza y otros males necesarios

De la esperanza y otros males necesarios
Por Ximena Fuentes
Psicóloga

"Lo peor de todo, es que el hombre ese sigue dándome esperanzas"- lloraba Sonia mientras removía nerviosamente su café. "Me mira con esos ojos y me llena la cabeza de esperanzas". Esperanzas. Esta era su principal queja después de veinte años de relación sin futuro con un hombre que no le daba mas que eso.

Y yo la entiendo. Alguna vez encontré unos ojos como esos. Ojos (como ningunos otros en el mundo) que despiertan en mi ese mismo sentimiento. Ojos que son mi fuente de eterna esperanza.

Cuenta la antigua leyenda que Pandora abrió la caja que contenía todos los males que asuelan al mundo. Y que de todos los males, el peor era la esperanza.
Así es. La esperanza. Y aunque Pandora logró cerrar la caja antes de que esta se escapara (y seguro es por eso que dicen que la esperanza es lo último que se pierde), la verdadera pregunta es:  ¿por qué estaba la esperanza dentro de la caja de Pandora? ¿Acaso es la esperanza el peor de los males?

Y sin duda lo es.  Un mal mal. El más silencioso y solapado, el mejor disfrazado y el último en perderse.
La esperanza es mitad miedo, mitad paz. Mitad anhelo, mitad derrota.
"Hoy no, pero cualquier día de estos. Pronto, no desespere. En algún momento. No claudique, mañana podría ser el día". Y así, hasta el final de los tiempos.

Necio sentimiento que no nos permite tomar decisiones.
Insensato deseo que nos deja con las manos atadas. Fe con martirio. Incertidumbre paralizadora. Anhelo con derrota. Sueño sin certeza. Inútil placebo.
Y esos ojos. Ojos de esperanza. Ojos de "hoy no, pero mañana". Ojos que no mueren ni dejan morir.
"Sonia, seguro ese hombre de los ojos le daba esperanza porque no tenía nada mas que darle."-susurro mientras remuevo nerviosamente mi café y pienso en esos ojos (como ningunos otros en el mundo) que me han dado, dan y darán tanta esperanza a mi.

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