domingo, 15 de noviembre de 2015

Last Christmas: mierda y pirujitos

Este día empezó temprano. Las 9:10 en el supermercado haciendo compras para un evento. Increíblemente, hago cola en la única caja abierta. "Amaneció con hambre, vaa usté?"-me saluda el hombre de edad avanzada vestido de pants y chancletas que va detrás de mí mientras toma nota mental de los 100 pirujitos de leche y los 4 botes de queso crema que embolso. "Piñata o qué?"- con voz ronca y ceja levantada-"Na'h días duros que les llaman"- respondí con una sonrisa evasiva."En las mismas"- responde mientras me muestra su compra: un six pack de cerveza medio fría y una bolsa de chicharrones de oferta (de esos que vienen con silvidito incluido).

"...y es que no hay mejores amigos que los carbohidratos, vaa?" fue lo único que alcancé a decir. Asintió. Yo estaba bromeando. El no.

 

Estuve tentada a decirle algo mas. Algo que, de alguna forma, lo consolara. O que, por lo menos, lo hiciera reír. Pero no quise. Y, entonces, hice lo que los genes chapines me dictaron: voltear la vista para otro lado, permanecer en silencio y hacerme la bestia. Trató de seguir la conversación e hice como que no escuchaba. Dijo algo sobre su nieto enfermo. Sin duda necesitaba sacarse algún sentimiento del pecho. Sentí su tristeza, sus ojos evidentemente aguados, el maldito nudo en su garganta pero no: me porté como una real estúpida y tomé conciencia de ello en ese mismo instante. No hice nada.

 

El esfuerzo emocional es algo que valoro. Realmente aprecio a quien, dada la situación, no solo se comprende en el contexto si no actúa buscando validar a quien tiene al lado. Pero no, hoy llevaba yo prisa y no había terminado de despertarme y tenía una agenda apretada.  Me hice la bestia. Me porté como mierda.

 

Fui de esos que prefieren no hacer contacto visual para evitar una conversación importante. De los que bajan la mirada, de los que apoyan solo por Facebook, de los que prefieren "ayudar" a la distancia (pero aun así publicar fotos).

Distancia, indiferencia, mierda: eso fue lo que doné. Y mañana se me olvida. Ya lo hice público y mañana se me olvida. Es mas cómodo así, sin ponerle corazón.

 

Estar rodeada de luces navideñas me hizo sentir peor. Y esa canción de Wham que llena  los pasillos del super en estos meses (esa que es como "Navidad sin ti", pero en inglés).  Mierda. Tan temprano y yo tan mierda.

 

¿No de eso se trata la celebración esta,pues? ¿Del amor al prójimo, de dar lo mejor de uno? Madre, ¿y si no tengo nada mejor que dar que un puñado de indiferencia?

 

Me queda esa sensación de agrura emocional que, seguro, no se me quita ni comiéndome los 100 panes que compré. Pero no hago nada. Me alejo incapaz de hacer contacto visual mientras escucho al hombre contarle a la cajera sobre el gusto que le da ver los adornos navideños ya colgados. "Algo le alegran a uno el día,vaa  usté?".

(Continuará)

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