No es cualquier café.
Es café con sabor a compañía.
Sabor a apoyo.
Es una tarde con 2,3 o 4 mujeres.
Hablando y cafeteando.
Cafeteando y hablando.
Y hablando.
Y hablando.
De la vida.
Del amor.
De los hijos.
Del pasado.
Del futuro.
(Universalidad le llamaba Yalom: ese sentimiento que nos reconforta con un
"O sea que no solo me pasa a mí?").
Palabras.
Palabras que dicen consejo.
Palabras que dicen "te entiendo".
Palabras que dicen "Chula, no estás tan jodida como creés!".
Palabras que dicen alivio.
2,3 o 4 mujeres hablando.
Hablando de lo que el corazón tiene dentro.
Hablando de anhelos.
De tristezas.
Del caminar que es la vida.
Y es que la vida es un camino.
Y que bendición es tener quien te acompañe.
Que seguro el caminar es mas fácil si vas acompañada y platicando.
Y es que, al final, las amigas son aquellas que dan testimonio de quien hemos sido.
-Cualquier mañana de semana en Plaza Decorísima o San Martín-
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