¿Qué son los primeros auxilios
psicológicos?
Se denomina primeros auxilios
psicológicos a la intervención psicológica en el momento de
crisis. El objetivo es auxiliar a la persona a dar pasos
concretos hacia el afrontamiento de la
crisis, lo cual incluye el manejo adecuado de los
sentimientos, el control de los componentes
subjetivos de la situación y comenzar el proceso de solución
del problema.
Los primeros auxilios psicológicos (PAP) describen una
respuesta humanitaria y de apoyo
inmediata durante una situación de crisis, tanto a nivel
personal como comunitario.
Son las técnicas de intervención psicológica utilizadas en
el momento de crisis. Éstas están diseñadas para ayudar a todo tipo de
población afectada por un incidente crítico, aplicándose en las primeras 72
horas tras el impacto.
En medio de esta crisis, debemos considerar que nuestros
encuentros con
sobrevivientes no están programados y no ocurren en un
entorno tradicional. Una intervención de
salud mental, en situaciones de crisis, puede tomar algunos
minutos, horas o inclusive algunos días.
Principales características de los PAP:
·
Se constituyen como intervenciones de primera
instancia.
·
Son inmediatos y de corta duración (minutos u
horas después del suceso).
·
Están dirigidos a cualquier persona impactada
por un incidente crítico (víctimas directas,
·
indirectas, familiares o testigos).
·
Su objetivo principal es proporcionar apoyo,
reducir el peligro de muerte y enlazar a la
persona en crisis con los recursos de ayuda
disponibles en ese momento.
·
Puede proporcionarlos cualquier persona que se
encuentre entrenada en esta técnica, no
necesariamente tiene que ser un psicólogo.
·
Se aplican principalmente en el lugar del
suceso, no en una clínica especializada.
Con su aplicación buscamos regular el nivel del
estrés y fomentar la adaptación y el afrontamiento a corto, medio y largo
plazo.
El líder deberá tener en cuenta la amplia variedad de reacciones
y sentimientos que podría encontrar en cada persona. Esto dependerá, por una
parte, de la naturaleza y la gravedad de los hechos, y por la otra, de
características personales de la persona afectada, como lo son sus experiencias
previas, el apoyo social disponible, su mecanismo de
afrontamiento, su historial de salud física y mental, su
cultura y su edad.
Los Primeros
Auxilios Psicológicos (abordaje Dr. Moshe Farchi)
El Dr. Moshe Farchi define que el principal objetivo de los
Primeros Auxilios Psicológicos es reducir
la posibilidad de síntomas y desorden de estrés
postraumático en las personas afectadas por un
evento. Sus investigaciones científicas han demostrado que
el hecho de que las personas
permanezcan mentalmente activas durante el tiempo de crisis
disminuirá la probabilidad a que
desarrollen síntomas postraumáticos. Es por esto por lo que
resalta la importancia de mantener
una comunicación cognitiva (y no emocional) durante
el proceso de los Primeros Auxilios
Psicológicos, aunque esto implique actuar “en contra de lo
intuitivo”.
Por ejemplo, cuando alguien se ve en la necesidad de ayudar
a una persona que ha sufrido un trauma psicológico, a menudo se tiende
a hacer contacto físico, ya sea tomando de la mano o abrazando a la
persona afectada para tratar de tranquilizarla. Esa actitud, aunque
bienintencionada, no es necesariamente útil.
El autor plantea que el contacto físico en ese preciso
momento podría enviar un mensaje de autocompasión o de falta de fe en la
capacidad de esa persona para superar y recuperarse. En algunos casos, el contacto
físico podría sentirse intrusivo e incómodo, ya que la persona afectada está
aún en estado de shock y alerta máxima.
Principios de
acción
Moshe Farchi plantea los siguientes principios de acción,
los cuales pueden servir de guía para
reducir el riesgo de sufrir daños psicológicos o
psicosociales de las personas recientemente
afectadas por una emergencia o desastre.
1. Ayudar a que las personas cubran sus necesidades
básicas y de seguridad
· Cobertura de necesidades fisiológicas básicas: alimento,
resguardo y atención médica
· Atender las necesidades de seguridad que se observen
· Proporcionar información fidedigna sobre cómo obtener
apoyo
· El estrés podría alterar la capacidad de procesar
información. Se recomienda repasar la
información las veces que sea necesario y asegurar que la
persona ha comprendido el
mensaje, por ejemplo, pidiéndole que repita el mensaje para
clarificar.
2. Dar apoyo social y conectar
· Facilitar que las personas hagan contacto unas con otras.
Esto ayudará a combatir los
sentimientos de aislamiento y desamparo que a menudo se
observan durante y después de
los desastres.
· Los niños y adolescentes pueden beneficiarse de compartir
tiempo y espacio seguro en
grupo.
· Respaldar el proceso de adaptación escuchando y
acompañando empáticamente
· Permitir el contacto con familiares, amigos otras personas
que están enfrentando la misma
situación traumática. Por ejemplo: pareja, familiar cercano,
obispo, doctor o inclusive
mascota.
· Para algunas de las personas afectadas, hablar de la
emergencia puede significar apoyo
emocional. Para otras, contar con un espacio de confianza,
sin necesidad de compartir
detalles de lo ocurrido, podría ser mejor. Los profesionales
de la salud mental debemos
respetar esta diferencia y empoderar a la persona a su
propio ritmo.
3. Ayudar en la relajación
· Cualquier técnica o ejercicio que ayude a generar un
sentido de regulación y control sobre
las reacciones físicas y emocionales de una persona,
promueva comodidad y procure la
concentración en el aquí y el ahora será útil.
· Automatizar los procesos respiratorios ayudará a reducir
la tensión física, mental y
emocional.
4. Ofrecer esperanza
· La esperanza es el estado de ánimo en el cual la persona
percibe que su problema tiene una
solución. La posibilidad de salir adelante, aunque no sea
inmediatamente, mejora el estado
anímico actual.
5. Promover la autoeficacia / empoderamiento
· Al sentirse empoderada, la persona reconoce sus
capacidades para mejorar la situación en
la que se encuentra, por adversa que esta sea. La
autoeficacia resulta ser un factor clave en
la adaptación y futura resolución del problema.
6. Contextualización
· Antes de aplicar los Primeros Auxilios Psicológicos, el
profesional debe disponer de
conocimiento sobre el entorno en el que trabajará. Tener
información veraz sobre lo que ha
ocurrido, el contexto social y los recursos con los que se
cuenta es importante para brindar
apoyo eficaz a la población afectada.
Modelo 3L para
la implementación de los Primeros Auxilios Psicológicos
Recordemos que los Primeros Auxilios Psicológicos se
refieren a la intervención psicosocial
inmediata que podemos ofrecer a las personas afectadas por
una emergencia o un desastre para
reducir la probabilidad de que éstas sufran de trastornos.
No hablamos de una intervención
terapéutica o de un proceso de abordaje psicosocial, sino de
un acercamiento inmediato que será
crucial para el proceso y el desarrollo psicosocial
posterior de la persona. Por esto, debemos
asegurarnos de implementar los PAP de manera responsable y
eficiente.
El modelo de 3L (por sus iniciales en inglés) – Look
(observar), Listen (escuchar), Link (enlazar) –
propuesto por el Dr. Moshe Farchi plantea tres principios
básicos que sirven para guiar al
profesional en la tarea de analizar y evaluar los factores
inmediatos que deben de considerarse a la hora de acercarnos a las personas
afectadas, así como para decidir qué tipo de intervención
inmediata causará el mayor efecto positivo en ellas. A
continuación, ampliaremos sobre cada uno de estos aspectos.
1. LOOK / OBSERVAR
Lo primero que se hace es observar el entorno para revisar
qué problemas de seguridad y riesgos
están presentes. También se espera poder detectar y
acercarnos a personas que presenten
reacciones físicas y/o emocionales evidentes y puedan
necesitar apoyo. Para cumplir este
propósito, debemos tomar tres pasos principales. Para cada
uno de estos pasos, podemos referirnos
a diferentes preguntas que nos servirán de guía para
cumplirlos:
Comprobar la seguridad
· ¿Qué peligros puede ver en el medio ambiente? (Conflictos
activos, carreteras dañadas,
edificios inestables, incendios, inundaciones, etc.)
· ¿Puedo permanecer en ese lugar sin ponerme en riesgo a mí
mismo u otros?
Si el lugar afectado no es completamente seguro, no abandone
el área. Minimice los riesgos que
puedan afectarle y trate de obtener ayuda para las personas
necesitadas. De ser posible, establezca comunicación con las personas en
peligro desde una distancia segura.
Identificar necesidades urgentes
· ¿Hay alguien que parece estar gravemente herido y necesita
ayuda médica de emergencia?
· ¿Hay alguien que, a su criterio, necesita ser rescatado de
un peligro inmediato o parece
atrapado?
· ¿Observa a alguien con necesidades básicas obvias y
urgentes que aún no han sido
cubiertas, como protección contra el clima, ropa desgarrada,
sueño, agua, comida?
· ¿Qué personas pueden necesitar ayuda en términos de acceso
a servicios básicos y atención
especial para protegerse de la discriminación y la
violencia?
· ¿Quién más está disponible a su alrededor para ayudar?
· Conozca su función y trate de obtener ayuda para las
personas que necesitan asistencia
especial o que tienen necesidades básicas urgentes.
Identificar reacciones de angustia grave
· ¿Hay personas que parecen extremadamente molestas, que no
pueden moverse solas, que
no responden a los demás o que están en evidente estado de
shock?
· ¿Quiénes son y dónde están localizadas las personas más
angustiadas?
· ¿Quién puede beneficiarse de Primeros Auxilios
Psicológicos?
2. LISTEN / ESCUCHAR
Como parte de la evaluación del contexto, debemos también
preguntarnos cuáles son las
necesidades y preocupaciones que inquietan a las personas
afectadas. Para esto, debemos buscar la manera de entablar una comunicación
tanto eficiente como responsable.
Destrezas de comunicación
Existe una diferencia significativa entre oír y escuchar.
Cuando oímos, percibimos cualquier sonido
a nuestro alrededor. Al oír, se pone en funcionamiento el
sistema auditivo. Pero escuchar implica el uso de varias funciones cognitivas,
ya que requiere: oír, prestar atención, focalizar nuestra atención voluntariamente,
interpretar la información recibida y reaccionar. Al brindar ayuda a otros en
una situación de emergencia, debemos ser capaces de escuchar con nuestros
oídos, nuestra mente y nuestro corazón. Para facilitar el establecimiento de
confianza (compenetración/relación), la escucha activa requiere que el
profesional pueda:
● mostrarse disponible;
● procurar un espacio privado, seguro y cómodo;
● escuchar sin intentar buscar soluciones;
● brindar el apoyo adecuado para encontrar las soluciones
más asertivas;
● animar a la persona a investigar a fondo el problema y las
posibles soluciones;
● escuchar las emociones relacionadas;
● responder de manera coherente;
● escuchar abiertamente, sin emitir juicio; y
● no menospreciar los sentimientos ajenos.
Escucha de apoyo
Como líderes, estamos obligados no sólo a escuchar y prestar
atención, sino también a
promover la autorreflexión de la persona para permitir el
procesamiento, una mejor toma de
decisiones y una organización lógica de los pensamientos y
los recuerdos. Para ese propósito, hay
varias herramientas de escucha de apoyo que podemos usar:
· Técnicas de repetición: procurar que la persona afectada
repita las partes importantes de
lo que se dijo y resuma los puntos principales de la
conversación. El objetivo es
proporcionar herramientas de reflexión y mostrar
participación activa en la conversación.
· Aclaraciones: el profesional debe aclarar a la persona
afectada lo que dijo o trató de decir.
· Soporte verbal: el profesional dice que él/ella confía en
la capacidad de la persona afectada
para superar los obstáculos y tratar con éxito la situación.
El profesional le muestra a la
persona que él/ella tiene fe en él/ella y que estará a su
lado para apoyarlo/a y alentarlo/a
hasta que se encuentre una solución.
· Sugerir en vez de asesorar: Sugerir es una forma moderada
de dar consejos. Una
sugerencia no es obligatoria, el profesional simplemente
plantea una posible forma de
acción o una posible solución. Una sugerencia se presenta de
manera que no obliga a la
persona afectada a estar de acuerdo con ella ni a aceptarla.
Aclara el punto de vista del
profesional, pero le da a la persona la libertad de aceptar,
rechazar o sugerir soluciones
alternativas.
· Técnicas de relajación: a veces, encontramos que los
niveles de estrés de la persona son
demasiado altos para comunicarse y participar adecuadamente
en una conversación. En
este punto, podemos usar técnicas de relajación para promover
la calma y proporcionar
herramientas útiles para la autorregulación. Ejemplos de
técnicas de relajación pueden ser:
● Puesta a tierra a través de los sentidos (preguntas
directas que estimulan la utilización
de los cinco sentidos)
● Ejercicio de respiración
● Calentando tus manos
● Golpear las manos en un instante
● Relajación muscular progresiva
3. LINK / ENLAZAR
El rol del líder que implementa los Primeros Auxilios
Psicológicos no implica solo identificar
y detectar las necesidades de atención, si no, además,
ofrecer o facilitarles a las personas el acceso a los servicios necesarios para
dicha atención. Esta tercera instancia, luego de haber analizado la
situación (observar) y haber entendido las necesidades de
las personas y su estado de bienestar
actual (escuchar), nuestra siguiente meta será ayudarlas a
que vuelvan a funcionar de manera
óptima y conectarlos con miembros y/o recursos de la
comunidad que puedan continuar
brindándoles el apoyo necesario. Para alcanzar esta meta,
podemos utilizar el siguiente esquema de
5 principios básicos de respuesta inmediata:
ACCIONES
RECOMENDADAS RESPUESTA AL EVENTO TRAUMÁTICO
OBJETIVO A LOGRAR
POR MEDIO DE PAP
HACER ESTO |
PARA LOGRAR ESTO |
CONECTAR (reducir soledad) |
RESTAURAR EL
SENTIDO DE PERTENENCIA |
CALMAR
EMOCIONALMENTE |
VALIDAR Y
REGULAR EMOCIONES |
ACTIVAR
(reducir la impotencia) |
RESTAURAR
SENTIDO DE CONTROL |
HACER
PREGUNTAS |
RESTAURAR EL
PENSAMIENTO LÓGICO |
RESUMIR
(reducir confusión) |
CREAR UNA
SECUENCIA DE HECHOS |
1. Calmar a la persona, haciendo conexión con ella:
En un evento traumático, uno de los síntomas más comunes es
la sensación de soledad. Este
sentimiento puede impedir que una persona vuelva a su
funcionamiento normal. La manera de
ayudar para que la persona afectada no se hunda en la
soledad es haciéndole saber que usted
permanecerá con ella:
· Únase a la persona físicamente - sentado si está sentada,
parada con ella, caminando con
ella.
· Identifíquese y pregunte el nombre de la persona.
· Haga un compromiso verbal con la persona: asegúrele que
usted estará a su lado y que se
quedará hasta que ambos estén a salvo. Por ejemplo: Mi
nombre es Cristina, ¿cuál es tu
nombre? ... María, no estás sola. Estoy aquí contigo. Me
quedaré hasta que estés a salvo”.
2. Activar a la persona para que se involucre en tareas
funcionales simples:
La impotencia es un factor determinante al momento de
enfrentar un evento traumático. Sentirse
impotente implica no creerse capaz y, por lo tanto, no tener
control, soluciones o herramientas para enfrentar el problema. Es por esto por
lo que resulta tan importante ayudar a que la persona
afectada por la emergencia salga de la indefensión y
progrese a un estado funcional y alerta. Esta
transición (de la indefensión a lo cognitivo) se logra
ofreciendo la posibilidad de tomar decisiones
simples, por ejemplo: ¿Quieres llamar a tu familia o ir
directamente al hospital? Algunas
consignas o preguntas que pueden ayudar a involucrar a las
personas en tareas funcionales simples son:
· Si la persona es receptiva:Me gustaría que recolectes tus
pertenencias y guíes a las demás
personas a pararse en la acera
· Si la persona no responde, tome sus manos y apriete
suavemente con un ritmo constante,
pídale a la persona que haga lo mismo, a manera de
establecer una conexión mutua. Una vez
que él/ella responda, ayúdele a pararse y comenzar a
caminar. Luego guíelos hacia una
actividad funcional.
· Si la persona está abrumada y camina o corre, vaya tras
ella y dele instrucciones y asígnele
tareas simples. Por ejemplo: “disminuya la velocidad y
muévase a la acera”.
· Ofrezca a la persona algunas opciones de tareas
funcionales para elegir, por ejemplo:
“Quieres ayudarme a contar cuántas personas hay en esta fila
o prefieres traer un vaso de
agua fresca para los niños?”
3. Hacer preguntas sencillas que requieran pensamiento y
permitan elección:
Durante un evento traumático, una persona se siente
sobrecargada de emociones y la parte
cognitiva del cerebro (responsable del pensamiento lógico)
se cierra. Es importante activar el
pensamiento cognitivo por medio de preguntas que se centren
en decisiones o hechos y no en
emociones. Las preguntas deben ser simples y centrarse en
temas prácticos, tales como:
● Tiempo: Cuánto tiempo llevas aquí?
● Cantidad: ¿Cuántos autos estuvieron involucrados en este
accidente?
● Logística: “¿Estabas en algún lugar? ¿A dónde quieres ir
ahora mismo?”
● Quién: ¿Estás aquí solo?
El objetivo es devolver a la persona a un estado mental
funcional que permita un pensamiento claro y una efectiva toma de decisiones.
Pueden utilizarse preguntas como:
● ¿Quieres hablar con un paramédico primero o con tu
familia?
● ¿Quieres contar a los estudiantes que entran al aula u
organizar las sillas?
4. Resumir, crear una clara secuencia de hechos:
Los eventos traumáticos causan confusión. A menudo, a la
persona se le dificulta establecer una
secuencia clara de los eventos referentes a la emergencia
debido a que su sistema nervioso se
encuentra abrumado. Es especialmente importante que la
persona afectada entienda que el evento ha terminado y que ahora se encuentra
recibiendo apoyo. Por tanto, infórmele claramente la secuencia de eventos,
incluyendo lo que sucederá en los próximos minutos. Por ejemplo, “Hubo un accidente
automovilístico, la ambulancia y la policía llegaron hace 5 minutos, usted irá
en la
ambulancia para ser atendida en el hospital. El evento ha
terminado, ahora vamos a ayudarle”
Rol del Líder
Los líderes somos uno de los profesionales que intervienen
en situaciones de
emergencia, crisis y desastres, abordando el modo de
reacción de los individuos, grupos o
colectivos humanos en las diferentes fases de una situación.
En una situación de emergencia trataremos con personas que
presenten episodios traumáticos, estados de ansiedad, ataques de
pánico, pérdidas, duelos, incertidumbre y desolación. Nuestro objetivo
será reestablecer el sentido de seguridad y minimizar las crisis emocionales
tanto a nivel individual como a nivel grupal.
La intervención psicológica de emergencias se lleva a cabo
en tiempo real e implica una respuesta
inmediata ante una situación nueva, crítica, inesperada y
rodeada de incertidumbre. Al momento
del abordaje, los lideres no sabremos a qué hemos de
enfrentarnos ni lo que vamos a encontrar
al llegar a la zona afectada.
Algunos de las intervenciones que los líderes hemos de
lograr en estas circunstancias son:
● informar a las personas sobre lo que ha pasado,
● examinar el impacto psicoemocional del desastre,
● fomentar un entorno de protección y asistencia,
● regular las reacciones psicológicas que se presenten en
las personas afectadas,
● atención en Primeros Auxilios Psicológicos,
● llevar un registro de las necesidades observadas en el
campo, y transmitir dicha
información a las instituciones o personas que puedan
incidir y enriquecer la red de
apoyo,
● vinculación de las personas afectadas con otros servicios
de apoyo, familia y miembros
de su comunidad.
En conclusión, durante una situación de emergencia, los
profesionales de la salud mental debemos
enfocarnos en guiar a las personas de vuelta al
funcionamiento normativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario